El 28 Agosto 1963 ante el monumento a Lincoln en Washington frente a una multitud en marzo de 200.000 Martin Luther King entregado su símbolo del discurso de la gente. Palabras todavía pertinente hoy que resuenan entre los gritos de esperanza de un movimiento, el movimiento de derechos civiles, totalmente no cosecha los resultados desea. Los medios de comunicación hoy nos permiten saber casi vivos escenas de intolerancia y odio racial, como si en estos cincuenta años no había hecho ningún progreso. El riesgo de que nuestros oídos son sordos a los gritos de esperanza de Martin Luther King y que nuestros ojos normalizan escenas de violencia como si fueran una variante de una película es siempre muy alta vuelta dolor. Basta con la indignación sólo, poco a poco también sirven estas palabras a menos que se inerva en nuestra sociedad una cultura de respeto, Dell’ Educación, el punto culminante de todo lo bueno que el otro puede traer. Miedo y los prejuicios ciegos y sordos siempre han empujado a saltar en los débiles’ abismo del mal. El mal es el hijo de una debilidad interna que se puede escapar con la luz del conocimiento y la cultura. Martin Luther King introdujo en su discurso de dibujo sobre Gandhi, Lincoln y la Biblia de la cultura. En los años que discurso fue viviseccionado por muchos estudiosos de diferentes disciplinas académicas. El ritmo, la opción, repetición de determinadas palabras clave y l’ usando las métricas como son aplicables a las reglas de la música. Tiene sentido que en cada aula hay escritos en la pared junto a la pizarra estas palabras
“Tengo ante mí un sueño, que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgadas por el color de su piel, sino por la calidad de su carácter. Tengo un sueño, hoy!
Tengo un sueño, que un día cada valle será exaltado, cada colina y cada montaña se va humillados, los lugares escarpados se realizará planes y lugares bobina enderezado y mostrará la gloria de Jehová y todos los seres vivos, juntos, lo verán. Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe que voy a tomar hacia el sur.
Con esta fe seremos capaces de manejar la montaña de la desesperación una piedra de esperanza. Con esta fe podremos transformar las discordias jangling de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad.”
Héctor Parker