Anne de Cleves nació en 22 Septiembre 1515 en Dusseldorf, en Alemania. En 1540 Fue elegida por Enrique VIII rey de Inglaterra como su cuarta esposa. Fue un matrimonio político, no dictada por el amor. Henry ya estuvo marcado por tres incluyendo la pérdida del cónyuge, Aunque muy diferentes entre sí, y fue en busca de un poco’ paz para él y su Reino.
Anna parecía el candidato perfecto para el monarca inglés y partió entonces a Inglaterra. Conoció a Henry en Rochester en el primero de enero 1540, durante las celebraciones de año nuevo. La mujer era incapaz de reconocer al rey, vestidos para la ocasión, Mientras que Henry notó inmediatamente la chica que a primera impresión no le mínimamente. Fue su comentario a la fiel Canciller Cromwell “No me gusta”.
Sin embargo, teniendo en cuenta los acuerdos alcanzados con el alemán ducado y escándalo que internacionalmente se derivaría, el rey decidió casarse con el mismo Ana casado, y esto sucedió la noche de Epifanía de eso mismo 1540, en Greenwich.
El matrimonio nunca se consumó, Dada la falta de atracción de la soberana con respecto a la joven novia. El rey no había dejado de culpar a Ana por la ausencia de relaciones entre los dos: objeto del descontento de la soberana era el cuerpo de su esposa, en su opinión tan decrépito y flácido que dan sospecha de virginidad de la muchacha. La pregunta es: Qué estado de ánimo debe tratar de Anna, totalmente ajeno al mundo del corte inglés, también sentirse repudiado por rey?
Enrique VIII encontró muy pronto un nuevo ocio en la corte gracias a la joven Catherine Howard, futura reina Ill-fated de Inglaterra. Como ya ocurrió anteriormente, tan pronto como el rey se convirtió en chica enamorada, Quería fijar definitivamente el error de casarse con Ana, para atar el nudo con Catherine. Citando un pre contrato entre Anna y doble Duke Francis de Lorena cuando ambos eran aún niños, y el matrimonio no consumado, Henry obtuvo un divorcio en 13 Julio 1540. Anna fue inicialmente sorprendido y aturdido por la noticia, pero luego con sentido común y a regañadientes aceptó esta condición. Este comportamiento muy sabio fue de gran ayuda, porque si había dado vuelta le contra la voluntad del rey sin duda podría no vivir hasta los 16 Junio 1557, el día de su muerte, en la facilidad y la gracia de su Majestad el Rey Henry VIII.
Maria
